El OCT es un aparato diagnóstico imprescindible el cualquier centro oftalmológico, ya que está especialmente diseñado para el análisis de la retina. De esta manera, proporciona una importante información de las distintas patologías que puedan afectar a esta capa, importantísima para el sistema visual.
El OCT realiza fotografías digitales en distintas zonas para hacer un análisis de posibles alteraciones. Esta prueba no requiere contacto físico, es cómoda y sin riesgos y se puede realizar a cualquier edad.
El paciente debe estar sentado, con la barbilla apoyada en la mentonera y la frente tocando el soporte. No es necesario aplicar anestesia ni tampoco es obligatorio dilatar la pupila, aunque en algunas ocasiones es más fácil realizar esta prueba si la pupila está dilatada. Lo único que debe hacer el paciente es fijar una luz para mantener los ojos abiertos en el momento de la toma fotográfica.
En caso de haber dilatado la pupila, el paciente tendrá unas pequeñas molestias tras la prueba, ya que verá borroso en visión de cerca y se verá especialmente deslumbrado con las luces.
Este aparato permite hacer un seguimiento de distintas enfermedades retinianas:
Por otro lado, el OCT también se centra en el análisis del Glaucoma, una de las enfermedades que afecta al nervio óptico. Las fibras de este nervio no se regeneran, con lo cual si se ven afectadas, provocan una pérdida de visión irreversible en el paciente. Si se controla a tiempo (con de otros exámenes oftalmológicos) se puede detener la progresión para evitar pérdidas visuales.
Es importante realizar controles periódicos de fondo de ojo a partir de una cierta edad, ya que las personas mayores de 45 años son más propensas a padecer enfermedades oculares.